Cuando solo se pueden ver las almas

No quiero creer que existas...
¡Por Dios que no quiero...!
Aquello fue solo un sueño despierto;
una ilusión que llega y te arrastra;
una flor en medio del desierto;
una película de amor,
sin pantalla.

No quiero creer que existas,
porque prefiero creer que eres un alma.
Sirena encontrada en el camino,
cuando el camino se acaba,
no puede ser más que el límite
de la fiebre que alucina
cuando el amor se desgarra.

No quiero creer... No quiero.
¿Cómo es posible que existas
y mis ojos no puedan ver tu cara?
¿Cómo es posible escuchar tu dulce voz,
sentir de lejos tu fragancia,
y hasta poder tocar tu piel
completamente desnuda, en la cama,
y no morir de la angustia
y el dolor que produce
no tener luz en los ojos
para verte total,
y saber que no eres un fantasma...?

No quiero creer que existas,
porque no quiero quedarme sin nada.

Frank Calle (24/ feb/ 2023)

 

Bello muy bello en su contexto y doliente ciertamente en esa espera .
Me encantó.
Saludos

 

Gracias Ice, es un comentario muy cálido. Si el poema inspira esos pensamientos, cualquier autor tiene que sentirse satisfecho.
En este caso, es un tema sobre el que he reiterado mis pasos. Simplemente es la manera que he encontrado de agradecer a la vida, haberme dado una visión que lamentablemente otros no tienen. Recuerdo a mi madre, que poco a poco fue perdiendo la visión al alcanzar una edad bastante avanzada, pero esa absoluta oscuridad, de no poder diferenciar entre el día y la noche; ese silencio visual de no poder identificar a sus hijos, le produjo una rápida degradación de la mente, hasta llegar a desconocer su propia existencia.

Un abrazo,
Frank
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