De brújulas y de desiciones.

Habíamos decidido.


Habíamos decidido dividir el mundo
en dos mitades.
Allá estaban los malos,
acá los buenos,
y nosotros, desde luego, en el medio.

Tu labios eran de aroma de luces,
mi fondo de dicha.

Pero ahora no estás hablando a mi lado,
marcando los días, fijando las horas.

Hay de tu luz,
segándome.

Tu boca era la brújula.

Llegar a tiempo,
ahogarme en tu boca,
perderme en luz.

Habíamos dividido el mundo y estábamos,
pues, acá entre los buenos,
los que se aman, decías,
y tus suspiros se palpitaban en mis oidos,
y tu boca me conducía a esa fuente de luz
y yo besaba tu pelo,
y cruzaba una noche tras otra y buscaba más,
yo quería más,
y era el aroma de tus labios
lo que me salvaba
y eras mi brújula
lo que yo sentía sobre mi vida,
y era tu pelo lo que mis manos acariciaban,
pero yo quería tu corazón,
roer en tu corazón,
cantar dentro de tu corazón.

¿Qué hacer ahora?
si no estás hablando a mi lado,
si no tengo mi fondo de dicha,
¿Qué hacer con una noche completamente real?

 

amigo, es muy bueno tu poema, vaya que me ha gustado...saludos

 

Francisco:

Gracias por tus pablabras, me agrada mucho que te haya gustado mi poema.
Sin más saludos: José Ángel

 

Margarita:

Me ha llenado de placer resibir tu mensaje, gracias por decirme que te gusto mi poema y gracias por tus detalles.

Atentamente:

José Ángel