De soledades y nombres

De soledades y nombres

“Eso es lo que más aflige a mi ser,​

no encontrar a mi yo”​

T.P.V.​

Donde no hay espejos, ni narcisos
que revienten su flor a la orilla de un lago;
o un cuarto vacío sin ventanas,
en el que sola
una baraja
caiga
y se des-ha-ga como un pecho de herida sin sus reinas.
Esa es la ausencia del eco de los dioses,
del suspiro de la noche en el crisantemo del diablo.
Entonces soy como un ciego
que golpea el cielo con su puño
y busca la caverna de otro brazo,
la existencia del suicida árbol Empire State
o el aroma de la rosa en el ojo de un ebrio.
Esa es la búsqueda que emprendo y que finalizará
cuando engendre mi nombre tu garganta,
lo saboree enérgico tu paladar
y lo expulses con ardor, como un Phoenix de sonido y aire,
asesinado por tus labios,
pero renacido en mi tímpano.
Porque solo cuando tú me nombres, este yo cobrará sentido.