De valientes y cobardes (décimas)

Espuela para el valiente
tienen que ser los cobardes,
que abusan haciendo alardes
del ser débil e inocente
asiendo esencia indolente,
que mata y nada comprende
porque a su deidad atiende,
y encubre aquellas miserias
que le constriñen arterias
antes que ceder al duende.


Hay duende en el ser cual crea;
y la perdición que anega
cubre mientras se reniega
de la bondad como tea
y se maltrata la brea;
pues necesaria es la lumbre
si en noche -y hasta la cumbre-
le honrara subir al hombre
queriendo eludir pronombre,
peso de ego con herrumbre.



Un valiente da la cara
y un cobarde le golpea
esperando no le vea
y al suplicio condenara
la justicia con su vara.
Pues el hombre no es valiente
cuando pierde el ser clemente
y acogiendo el acto cruel
olvida aquel arancel
que pagara amargamente.



Es cobarde el que forzara
al valiente al infortunio
e invocase un plenilunio,
para en lobo se tomara
el cordero, y mancillara
la serenidad latente,
-cual vigila el continente-
que rechaza ofensa vana,
y aún pareciendo espartana
es variedad consistente.


318-omu G.S. (bcn-2011)

 

Bonitas décimas, con una profunda reflexión sobre esas dos cualidades tan opuestas: la valentía y la cobardía.

Estrellas y un abrazo.

José Luis

 

Me congratula tu visita José Luis, la agradezco.
Creo, que ambas definiciones caben como respuesta en la alternancia de los tiempos (todo se estipula bajo unos circunstanciales), aunque más cueste de reconocer cuando quien actua negativa o equivocadamente es la parte de uno mismo; duele mirarse en un espejo y contemplarse como bestia.
mi abrazo vaya compañero.