¡Debo a la vida preciosa..!

Debo encontrar lo perdido

entre mi cuna y mi fosa:

la beldad maravillosa

del milagro acontecido;

el candor de haber vivido

a la búsqueda de un verso

que me libre de lo adverso

y me cure de ansiedades,

donde un sol de claridades

me reporte de regreso.


Debo no darme a lo insano

como avatar de lo mío,

casi muerto por el frío

que me dan con mala mano.

Debo ser más ser humano

para en paz llegarme arriba

donde el corazón estiba

lo mejor de mi sendero,

con el que prender certero

una ofrenda en llama viva.


Debo aprender a encontrarme

(y no ser lata vacía)

dando al cielo cada día

ocasión de repararme.

No tener que desecharme

por mis equivocaciones,

ni ponerle condiciones

al perdón que acude atento,

ni morir en el intento

si me abruman sinrazones.


Quiero tener la manera

de concebirme agraciado

por llevar en el costado

la esperanza que prospera.

La que viste de quimera

con palabra generosa,

la que libre y prodigiosa

-en un darse inquebrantable-

se hace verbo indispensable

y fontana fabulosa.


¡Debo a la vida preciosa..!

 

Muchísimas gracias, Maramín. Saludos cordiales.