Despedida a la Familia

Querida Familia:

No se por qué comienzo esta carta con aquellas palabras que creo que son falsas. Porque no representan lo que hoy estoy sintiendo. Es más, creo que hoy vengo a despedirme y no precisamente para irme a un viaje largo con pasaje de regreso, sino para embarcarme en las despedida a lo eterno. Nadie entendió mi sufrimiento y me abandonaron a mi suerte, siendo que cada síntoma siempre fue evidente.

Hoy me desperté mal.No es culpa de ustedes... pero sufro cuando ignoran mi estado emocional tan evidente. Se que es frecuente, pero eso no lo hace menos doloroso y más tolerable para mí. Me duele que cuestionen cada uno de mis movimiento, me duele que ya no sean un sustento; se han convertido en un jurado que evalúa mi vida y que me mata día a día y me tiene sumida en la más cruel agonía.

Familia... ¿Saben? hoy he decidido partir; bueno huir, como le quieran decir. Ya no soporto tormentos y fantasmas que me persiguen, no logro encontrar algo que me consuele o que simplemente me haga luchar por vivir. Sé que esto es una locura y que cuando lo lean dirán que soy egoísta y que estoy un poco loca... por lo mismo los libero de tal suplicio. Los libero del pesar que les causa tener que soportarme, a mí, a la depresión con la que cargo y a dos personas que han decidido acompañarme.

No es fácil la decisión que he tomado, pero si antes fui valiente para otras cosas, cómo no voy a tener el valor de terminar con esto. Quitarme la vida es un pensamiento violento... pero estoy llena de veneno... de muerte que me corroe. Me estoy muriendo a pedazos...

Sé que si lloraba cuando papá me pegó... intuirían. Hoy también disimulé al almuerzo, no comí, los engañé. Fue muy poco lo que consumí y el resto lo vomité. Pues he aprendido a actuar tan bien... que en la oscuridad de mi habitación, la actriz jugó su mejor papel, ese de dejar ser. De matar a esto en lo que me he convertido. Aquella amiga que me robó la vida silenciosa... me pidió una ofrenda, como si fuera una diosa. Se la dí... rompí mis venas y mi sangre le concedí.

Perdón, pero ni ustedes ni yo eramos realmente lo que algún día fuimos.
No me recuerden... prefiero el olvido.

Adiós.

 

Me ha impactado mucho leer algo asi.
Un fuerte abrazo para ti.

 

he aprendido en al vida a escuchar voces que no gritan... sabes? la anorexia hace que aquellas que la apdecen griten desesperadas... pero también se encarga de enmudecerlas... pues las amenaza si hablan. Es fuerte... a mi igual me sorprende aquello, es un enfermedad que mata al que la padece y a la familia.

http://www.mundopoesia.com/foros/poemas-generales/264025-se-apodero-de-mi.html