Domingo otra vez

Y era domingo melancólico aburrido, esos domingos que agradan tranquilizan. Donde caminantes sin sentido se dejan guiar por las calles, avenidas o pasajes que en su camino aparecen. Era domingo y lo recuerdo por que la noche anterior como es costumbre salí con Camila, dulce como solo es ella, me pregunto por me encontraba tan distante callado, no es costumbre mía estar callado con las personas que mas me agradan, pero ese día era diferente.

Lleva saliendo con Camila ya casi un mes y desde una semana atrás comencé a sentir que esto ya no podía durar más. Ella es linda, dulce una chica difícil de encontrar cualquiera quisiera estar con ella - me decía -, egocéntrica hasta no poder mas pero a la ves humilde y sincera, siempre mantenía la calma pero una loca cuando se lo proponía, pero yo ya no sentía lo mismo que cuando la conocí el misterio que emanaba había desaparecido y con el yo. Camine con ella por la avenida como casi lo hago todos los domingos y desde un mes los sábados con ella, soy un tipo bastante aburrido, amo dormir me gusta caminar pero no hago ejercicio a eso se debe mi aumento de peso.

Ella insiste en que últimamente he estado distanciado de ella y quisiera saber la razón, yo me mantengo callado quiero recordar ese momento, me gusta mas cuando la veo rabiosa, desesperada, intrigada, mirándome fijamente con sus ojos negros, esos maravillosos ojos negros. Le pido que tome asiento, pero no quiere, tomo haciendo en la banca - en la misma banca donde siempre espero que comience a llover en domingo y recuerdo que es sábado-, me sigue mirando fijamente e insistiendo que le de una respuesta – pero parece que ya tiene una, así que decido callar-, comienza a decir que ya sabe lo que esta pasando: “ Tu no sientes lo mismo por mi ” – me lo dice con una firmeza y ternura que solo ella lo puede hacer -,” quiero que lo niegues ” – y no lo hago -.

Con su hermosa cara roja y su mirada furiosa, me dice que le da igual “tú ya no significabas nada para mí, eres demasiado aburrido para estar contigo, creo que es mejor que todo termine y cada uno siga su camino”, yo la sigo mirando quiero guardar ese momento a esa fiera indomable alocada altiva que es ella. Me mira fijamente sabe que no le contestare pero entiende que soy, una mala persona, un hipócrita, un mentiroso, un cínico; seguro pensaba que hacia perdiendo el tiempo conmigo, que le había llamado la atención de un gordo aburrido, hijo de vecino y se crecerá volverá a ser la misma chica linda altiva, egocéntrica, sincera que conocí.

Ella toma un respiro y recupera su tranquilidad, ahora mirando hacia el infinito, para que no pueda ver sus lágrimas, me dice: “pensaba que eras diferente, pero veo que me equivoque” y partió, llego a la esquina paro un taxi y desapareció. Yo seguía en silencio, en aquella banca mirando como se movían las ramas de los arboles por el viento que pasaba y pensando como se parecía al domingo este día.