¿Dónde está el abuelo?

El niño de apenas cinco años,
que aprende a recordar sus sonrisas,
detiene su juego. Se queda pensando;
se le vino a la mente una pregunta deprisa.

¿Dónde se ha metido el abuelo?
Le pregunta a su hermano mayor.
Este callado se guarda con recelo,
la respuesta que decir no se atrevió.

Y es entonces cuando va a la sala,
y ve al tío sosteniendo un retrato,
¿Y el abuelo? De pronto le dispara,
y él lo mira conteniéndose el llanto.

Sin respuesta va camino a la cocina,
allí mamá está sentada apresumbrada,
Mami, ¿dónde está papá William?
Y ella se queda triste sin decir nada.

Sin respuestas, siguió el niño,
hasta llegar al cuarto de la abuela,
Nona, ¿dónde está el abuelito?
Y ella le dijo: Está en las estrellas.

El abuelo ahora es invisible,
pero tangible en tu corazón,
es en ti dónde él ahora vive,
escondido en cada rincón.

Si ves lluvia, está en sus gotas,
si ves a los árboles agitarse
es porque busca las bellotas
que le gustan a tu madre.

Está en las lágrimas de todos,
porque nos ganó en las escondidas,
contándole un cuento a aquellos loros
que están silbando en la cocina.

Entonces, ¿el abuelo está aquí?
Sí, está al otro lado de la cama,
sabía que me preguntarías a mí,
y quiere que sepas él te ama.

El niño se fue con una sonrisa,
y los meses comenzaron a pasar,
un día con la familia toda reunida,
se sentaron juntos a conversar.

Y entonces mientras apuntaba al cielo,
el niño gritaba, saltando, a voz en cuello,
¡Miren, miren! ¡El abuelo pasó a saludar!
Y mirando al cielo vieron, pasar una estrella fugaz.

 

Los abuelos se van y dejan el vacío de su presencia existencial... toca atesorar su recuerdo y guardarlos para siempre en el corazón
Saludos, poeta