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Ejecucion a las 8 en punto (I)

Tema en 'Tu Obra Maestra (en verso)' comenzado por JC Ventura, 9 de Junio de 2011. Respuestas: 0 | Visitas: 1034

  1. JC Ventura

    JC Ventura Poeta recién llegado

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    24 de Mayo de 2011
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    Ejecución a las ocho en punto.
    Parte I.



    Luna degollada en el tenue mantel de la aurora,
    incesante percusión de corazones en la nebulosa sordina
    desfilando calladamente hacia los andenes, escaleras abajo.
    ¿A dónde me llevas, exhausto cuerpo,
    miembros colgantes, piel empapada en sudor y salitre?
    Hay una lluvia que cae, esponjosa,
    sobre la susurrante multitud de las siete y media de la mañana.
    El sonido de los segunderos de los relojes en el baño
    es el redoble de tambores en el largo corredor
    que me lleva a la horca de las ocho en punto.
    Algo de todo esto tal vez tenga algún valor algún día,
    mi letra serpentea sobre las páginas amarillentas,
    ¿se me revelará por fin el secreto significado de estos versos?
    Me llevan a rastras a mirar a los ojos de la Imagen Verdadera
    pero es sólo una de las miles de caras de la sala de los espejos curvos;
    el Domador de Fieras... ¡podría vomitarle en la cara!
    ¿Dónde está la próspera porción de tierra que nos prometieron
    como recompensa por el valor mostrado en el frente,
    el botín de las tierras conquistadas?

    Hay regueros de pensamientos interrumpidos
    esparcidos desordenadamente como despojos
    sobre el frío suelo encerado,
    los cantos pulidos, redondeados, de nuevas e insólitas creaciones,
    puras imágenes galvanizadas,
    desperdigadas por los polvorientos rincones de la sala vacía,
    los cadáveres semitransparentes de ángeles caídos
    en recias batallas de fracciones de segundo de duración,
    descomponiéndose lentamente en la eternidad de los siglos
    como el humo de la vela recién apagada
    sobre el candelabro de bronce...
    sus voces aún me rodean en el angosto pasillo de mármol.

    Pienso en los satélites abandonados a su suerte
    en la ingrávida inmensidad del infinito...
    ¿Dónde puedo comprar un billete para ese mismo destierro?

    Pienso en la Ciudad de la Luz en medio del desierto,
    letreros luminosos, dinero, hoteles de lujo,
    ojos ensangrentados de voracidad y lascivia,
    no hay límites,
    el último paraíso artificial
    para los condenados a muerte en el infierno.

    Pienso en la chica de la carretera,
    asaltada y follada centenares de veces,
    entregando el cobro por su ultrajada dignidad
    al codicioso mercader de almas.

    ¡Oh, cielos!
    Quisiera haber renunciado a esa copa de más,
    -aquella noche de sudores etílicos-
    en ella estaba mezclado el amargo veneno
    que ahora me corroe y quema mis vísceras...
    Me consumo.
    Todo son sombras.
    Me retuerzo de dolor en la esquina, frente a la Sagrada Familia,
    y nadie viene a ayudarme.

    Prefiero el ensordecedor ruido de la perforadora en el asfalto
    al canto de tu voz falseada susurrando melosamente a mi oído
    vacías promesas de amor eterno
    aprendidas de carrerilla de las alegres películas animadas
    en tu infancia algodonada.
    Ya no me quedan fuerzas para liquidarte...
    ¿morirías tú por mí?

    Perdóname por no hablarte de la comedia,
    de la alegría del nacimiento,
    del chiste del día...
    te escribo desde el mismísimo filo del precipicio.
    Lo siento, tú me abriste la entrada a tu fragante jardín
    y yo he diagnosticado tu necrosis cerebral.

    Ahora llego tarde a mi propia ejecución.
    Dicen que todo hombre
    ve su vida pasar ante sus ojos
    como una vertiginosa película
    en el último segundo previo a su muerte.
    Esto es todo lo que yo he podido ver...
    y aquí te lo entrego.

    Ya se balancea la soga sobre la tarima...
    Repican soberbias las campanas.
    Te escribiré unas líneas cuando llegue
    a la otra orilla del alba.
     
    #1

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