El Alma de la Belleza

Detrás del lumbral de las fantasías, entre el asombro y la ternura te encontré
Resguardando el misterio y la incertidumbre, tu santuario observe
Posada en un trono de esquirlas congeladas por el tiempo…

Y dibujé tu silueta con la simplicidad de mi aliento,
Observando tú mirada desvanecerse en el horizonte,
Soñé con poder alcanzar ese sueño distante…

Obedeciendo cada uno de tus suspiros, hoy
Me promulgo ante ti mi amada dama el ciervo
De tu palma y tú corona…

Esto es lo que tu alma sabe, en cuya alabanza tu voz
Me ha guiado, observando los destellos
De los cuales tus cabellos reflejan la fresca aurora
Blanca que a mí ser aqueja…

¡Y mientras el cielo permanezca curvarse apasionadamente ante tu reflejo!
¡Yo seguiré adorándote de todas las formas y maneras!
¡En las que tenga el amanecer!
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