El caballerito de amor

San Juan ya pasó y no me habló,
me saludó, no entendí bien el tono,
la verdad parecía cabreada, y yo
sabía que salía con otros, me mataba por dentro.

Moría cada noche, no fui hombre
al mandar a otra persona a decirle lo que sentía,
tal vez aparté ese "no" que me marcó,
que me trastornó, generando una obsesión merecida.

Llevo más de un mes pensando en ella,
aunque me dijo que pasaba de mí,
con una excusa, aunque mala, más elaborada.
Dejé a mi ex por ella, pensando en un "sí".

Con esta fui cruel, la ghosteaba,
estaba con otras mujeres, aunque no era serio,
y ella realmente me amaba mucho,
y yo, imbécil, enamorado de otra mujer menos guapa, sin misterio.

Le hice daño y tal vez ahora
me merezca este desamor que sufro cada día,
y aunque lo intenté parar con nicotina y alcohol,
ese nudo en mi pecho cada vez es más fuerte, no hay salida.

Llevaba sin fumar desde la muerte de mi abuelo,
y volví a fumar después de ese "no".
Nunca había estado tan enamorado,
ni siquiera creía en el amor, lo veía como reacción del cerebro.

Pero las reacciones se acaban,
y yo aquí sigo, enamorado de una mujer que no me ama.
Me di cuenta que esa reacción es lujuria,
y el amor verdadero es ver a una mujer despeinada y amarla en la mañana.

Ella no es la más guapa, ni la más coqueta,
le gusta ir de chándal y yo, caballerito,
siempre de forma magistral, con los mejores perfumes,
y una labia peligrosa, tal vez hubiésemos sido un buen dúo infinito.

Para mí los hombres insistentes son lo peor,
pero tal vez por ella lo intentaría una vez más,
y esta vez sería lo suficientemente hombre
como para decirle la verdad, no mandando a otra persona.

Aunque en verdad temo al amor,
es lo único que temo, ni la muerte ni el dolor me generan sensación,
temo al fracaso y a la desgracia,
creo que eso es culpa de lo que viví en mi juventud, mi condenación.

 

Un placer escuchar tus respuestas, siempre muy acertadas y que hacen al cerebro pensar. Este poema fue no va con la calidad que me gustaría espero subir una revisión dentro de poco. Un placer.