El coche abandonado

Con lo que ha sido este barrio y hasta los gatos se han ido
por éso los que aún resisten en la indolencia han caido.
La prueba está en ese coche aparcado ahí tanto tiempo,
y lo peor no es el sitio, es que el dueño aún está dentro.

Yo lo vi cuando aparcaba, directo al bar se metió,
volvió al coche dando tumbos y al ratito se durmió.
Pensé que sería la mona pero al cabo de tres días
hasta mi balcón llegaba el olor que desprendía.

Y ahí continúa en el sol en pleno agosto que estamos,
pero el tío cae bien, se está haciendo el puto amo.
En su lamentable estado tiene algo que enamora,
hasta hay quien lo ronea o en él sus penas ahoga.

Le hacen fotos, le dan charla, vienen a pintarlo artistas,
dicen que en él todo es arte y en verdad es surrealista.
El nos observa y recuerda que continuamos vivos,
nos da tanto que hay quien pide el hacerlo hijo adoptivo.

Que buen rollo hay en el barrio gracias al plan de la Parca,
como nos vió tan perdidos nos envió este patriarca.

Alrededor de ese coche la vida está floreciendo,
se ven los pisos llenarse y los negocios abriendo.
Ahora es el sitio de moda pero ya nadie es del barrio,
les suben los alquileres y se van al extrarradio.

Incluso el muerto nos vetan, no nos dejan acercarnos,
sólo por verlo y de lejos diez euros quieren cobrarnos.
No conozco ya mi barrio, ahora todo es el dinero,
nadie habla ya mi idioma y yo soy el extranjero.
........
Al final vivo en un pueblo que no sale ni en los mapas,
ya me sacaron del piso para meter 'gente guapa'.
*
(Ironías de una mallorquina
con miedito ya al verano)