El destino cambió nuestro camino

Una tarde cuando yo más que amarla, la adoraba con locura,
y ella me brindaba su amor, colmándome de ternura,
justo cuando nuestros sueños más crecían...
esa tarde el destino, nuestra vida cambiaría.

Con un futuro dibujado de ilusión y de flores,
creíamos que un muro de pasión y de bondad
protegía nuestro amor de todos los dolores,
y soñábamos amarnos hasta la eternidad.

Aquella tarde el destino cambió nuestro camino,
lo que pudo ser belleza, se convirtió en tristeza,
como un ángel de pasada, ella al cielo se elevaba
y yo aquí en la tierra me quedaba, muy solo me quedaba.

Nadie dio una explicación, yo no le dije que la amaba,
sin poder despedirse, ella partía para siempre y yo...
yo me quedaba...Dios no estaba, por eso no dijo nada,
no le di mi último abrazo y hoy solo me queda
su olor y el recuerdo de su cuerpo entre mis brazos.

 

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