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El Gato y la Luna

Tema en 'Prosa: Generales' comenzado por Khar Asbeel, 25 de Agosto de 2025 a las 3:12 AM. Respuestas: 0 | Visitas: 9

  1. Khar Asbeel

    Khar Asbeel Poeta fiel al portal

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    Hombre
    Había una vez, muy lejos de aquí, en un pequeño pueblo rodeado de majestuosas montañas, vivía un gato llamado Mittens. Este felino, color gris plateado, de aspecto elegante y ojos brillantes, poseía una singularidad que lo hacía destacar entre los demás: su eterna fascinación por la luna. No había noche en la que Mittens no se sentara en el tejado de la casa donde nació y vivía junto a sus humanos, contemplando embelesado el resplandor plateado que iluminaba el firmamento. Su corazón se estremecía al observar la belleza mística de aquel astro nocturno, y su alma anhelaba con fervor poder alcanzarlo algún día.

    A medida que los años transcurrían, Mittens continuaba con su devoción hacia la luna. Sin embargo, a pesar de sus esfuerzos y anhelos, esta permanecía inalcanzable, como un sueño efímero que se desvanecía entre sus patas. No obstante, el gato nunca claudicó en su esperanza, y cada noche, con sus ojos fijos en el cielo estrellado, aguardaba el momento en que sus deseos se materializaran.

    El tiempo no perdona a nadie, ni siquiera a un ser tan maravilloso como lo es un gato. Un día fatídico, Mittens cayó gravemente enfermo y comprendió que su tiempo en la tierra llegaba a su fin. Sus humanos lo rodeaban, murmurando y llorando, sin poder hacer nada. Acongojado por dejarlos y mas aun por no haber conquistado su anhelo más preciado, el gato cerró los ojos y se sumió en un sueño profundo. Al despertar, se vio envuelto en un lugar desconocido y maravilloso, un jardin de flores blancas, translucidas, fuentes cristalinas y elegantes quioscos de marfil, que brillaban frente a un palacio de majestuosidad etérea, reluciente como una estrella.. Frente a él, resplandecía la Luna, en forma de una mujer de belleza mas allá de toda descripción, ataviada con un vestido blanco y una cabellera de plata, irradiando un aura divina. El gato supo inmediamente quien era y lloro en silencio.

    La Luna, con una sonrisa radiante, se dirigió a Mittens y le dijo: “Has sido un ser extraordinario, Mittens. A lo largo de tu existencia, has dedicado tus noches a contemplar mi esplendor y nunca has cesado en tu anhelo por alcanzarme. Ahora, te llevaré a mi reino, donde podrás estar a mi lado por toda la eternidad”.

    El corazón de Mittens rebosaba de felicidad y emoción mientras la luna lo conducía a su reino celestial. Allí, finalmente, el gato pudo extender su pata y tocar la Luna. Con familiaridad, salto ligero a sus brazos y ella lo estrecho contra su pecho con gran ternura. El gato sintió que por fin era completamente feliz, mientras se iba fundiéndose en un abrazo eterno con ella. Y así, Mittens vivió en dicha y armonía en aquel lugar místico y perfecto, siempre al lado de su adorada diosa , rodeado de su resplandeciente belleza y amor inmortal.

    Si estas solo en la noche en un lugar silencioso donde la Luna brille con todo su esplendor, pon atención; podrás captar un sonido melódico, un suave ronroneo, que te recordara que no importa lo difícil que sea una empresa, si es un deseo puro, puedes verlo convertido en realidad.

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