El insomnio me abandona entre las sábanas

El insomnio me abandona entre las sábanas

El insomnio me abandona entre las sábanas
y los ojos diminutos se desplazan
por el contorno de la cama.

Por el contorno de tu cara
voló mi pensamiento un instante
recordé el bullicio de tus ojos
y la capacidad morena de mis piernas
de temblar en tu presencia.

Me volví cascada en los fondos
del péndulo que marca a plomada
el descenso libre del señuelo
que baja a cercenarse con su presa.

Ven abisal de mis entrañas
con paciencia a besarnos en la calma
el hipérbaton de caderas y contrapeso
el contrapunto de las cuerdas cimbreadas
tu cuerpo con el mío en dos tiradas.

Si sale pares, nos ganamos
Si sale nones, ¿nos besamos?
O te odio
o me odias
o nos amamos

¡Al centro mismo del infierno
al borde tierno de los cielos
al suave tacto de los besos..!

Me abandona el sueño
Me abandona el miedo
y la prudencia calla
y la lengua al cielo.

Romántica o tierna
morena esbelta
en el insomnio de mi cama
mi cuerpo que sueña
La salmuera en la orilla
y la lengua quieta.

No se atreve mi presencia a tu presencia
¡O se lanza, al centro mismo del infierno,
o del cielo..!

 

De hecho, tarde o temprano lo que tenga que pasar... va, a pasar (cuando dos personas realmente se aman). Que bella intensidad logró darle a su bello y profundo poema. Felici taciones. En la línea: "El insomnio me abandona en las sábanas" se debe escribir "entre las sábanas" Con todos mis respetos, su amigo:

 

Hola Iván. Me apunto la corrección, se agradece la sugerencia y la presencia de ánimo. Cuando una persona cree amar parece detenerse el tiempo ... ¿Qué hacer cuando el corazón se reduce al ostracismo? ¿Hasta cuando esperar? ¿Cuando rebelarse? Casi como la guerra, de la que se desea que llegue al final, aunque no se sepa cómo acabe.


Gracias cordiales amigo.

 

Gracias por llegar y comentar. Ya nada se de lo seguro... ni de esencias , ni de conciencia.
Alguna vez pesqué en barca con mi padre, y el recuerdo de ese plomo que baja sin parar cuando las aguas son profundas y ni lo sabes. El fondo donde descansa la plomada al aterrizar, aunque la superficie sea soleada, cálida, y así cerrar los ojos al sol, con una cuerda invisible en las manos. La alegría del pescador cuando vibra, en los dedos, y sabe que el pez existe, que está al otro lado, ¡ Es tan alegre! Porque en la conciencia del poeta el amor está, pero nada sabe si el pez no se lo dice.

Un cordial abrazo:
Maca

 

Maravilla de poema, pleno de deseo y sensualidad femenina. Me ha gustado mucho. Un placer leerte. Luciana.

 

Gracias Luciana. . . Muy agradecida por tu presencia.

Un abrazo:

Maca