El lavavajillas

en el lavavajillas
meto los sueños y las imágenes
a ti,
programa eco,
todo a mis espaldas
mientras veo por la ventana
a lo repartidores
de Amazon sortear con sus furgonetas
los escombros de las calles dejadas,
ya todo sea quizás locura
o pura estupidez de respirar,
las sombras se empeñan en ser
juez, jurado y verdugo,
un segundo son mil años
y no encuentro la pastilla de jabón
para colocarla en el cajetín
del lavavajillas,
¿dónde se habrá perdido?
Pues que en algún incendio
sin seguro a todo riesgo,
llaman al timbre
y no deseo contestar,
no quiero explicar que nada funciona,
ni la TV ni la lavadora
tampoco ningún otro electrodoméstico
tan siquiera el puto router,
solo pretende ponerse en marcha
el dichoso lavavajillas color acero
las aspas quieren ser cruces
y dentro de media hora
viene una tropa de amigos huesudos
a comer a casa,
¿de cuántas formas pondré excusas?
Si no tengo ni vino ni birras
tampoco cubiertos ni platos limpios,
no puedo culpar a la sociedad ni a Iberdrola
tampoco a las cartas del Tarot,
tendré que hacer un stripshow,
meto en la lavavajillas mi ropa y los huesos,
display 5 minutos.

 

El mundo ya nos hizo actuar en modo automático.
Seguro que tus amigos huesudos es más lo que beben que lo que comen así que puedes salvar la jornada con un set de utensilios plásticos y maravillosamente desechables. Un saludo, Luna.

 

No sé, como que el lavavajillas ya ocupa el pasillo para salir de casa. Y me estoy atrincherado en mi habitación, con el oído puesto con atención a cualquier crujido. Creo que llevo un tiempo sin comer y la huesuda soy yo. Besis.