El lobo, la luna y un cristal.

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El lobo, la luna y un cristal.

Cada instante y en un segundo
el cristal se fragmenta más,
ya no caben grietas en el alma
el agua ya no se puede retener
ni cualquier fluido que
pudiera estar contenido.

El vidrio refleja la luz de una luna

Aúllo como lobo triste
corriendo raudo como
si no tuviera minutos
pero roído como el hueso
de un lastimado guerrero.
Buscando una respuesta
se oyen esos bramidos
a la soledad del espíritu.

Pero ya no hay cristal, se ha quebrado,

se escapó el llanto y la sensibilidad,
y el dolor y la tristeza hoy
se decantan por doquier.
Ahora se siente la frialdad
del mundo como la del hielo
que se funde en la mano del caballero.

Tiempo de lejanía y espacio,

Así ya observa el mamífero
al astro que escuchaba sus chillidos,
y no hay mortalidad que le sirva
para el duro y perenne entorno
de su ser.

®Carlos Andrés®
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