El muerto y su muerte.

¡Ya no puede más!
Asfixia como penuria en el viento,
(abrumador consuelo),
con el turbante,
que cubre el rostro,
del camino hacia la vida.

Los pasos, se sienten, cansan,
son débiles,
el movimiento de los helmintos
son de resonancia en el sarcófago.

¡Ha florecido un fruto vanamente!
En la retórica arena,
la cantidad de sangre ya es mínima,
que se confunde entre capas de dentadura,
el alimento es escazo,
cuando no estás nada espera,
salvo la equidad y la eterna belleza,
(engalana tu vestidura).
llegarán a ser parte,
del contundente aroma a cementerio.

Es de noche, y en el refugio un silencio,
aparece un misterio,
equivale a una luz entre fuego y cenizas.
(Arrumaco de vida eterna)

14/Abril/2005

 

Esto me reconfirma que para nada inmerecido el reconocimiento que te acabas de ganar....

Muerte Señora de ricos y pobres, ojos carcomidos por la hora final, boca derramando las últimas gotas de vida, suspiros lejanos perdidos en el tiempo...

Muy buen poema. Le hice unas cuantas correcciones por ortografía y puntuación. Saludos,

 

DAMAMISTERIOSA, agradezco infinitamente desde tu recibimiento hasta los comentarios y correcciones en algunos de mis poemas, así como tus comentarios favorables.
Gracias y seguimos leyéndonos.
Saludos!