El ritmo del desahucio.

Carcoma, madera, barniz.
Del coma, intenté yo salir.
Del pozo, del río, de mí.
Del cauce, del vacío sin ti.

Te vi, visitándome en sueños,
dueño del bello desvelo,
desamueblado por dentro mi pecho,
cambiaba los cuadros colgados del techo,
las fotos de dentro, del marco de huesos,

Conmigo sin hechos...
no avanzas...

Te quieros vacíos,
copas de tinto y el tinte del cielo
a juego con ello, gris payne, en concreto.
Clavos ardiendo, besos ahogados,
labios mordiendo o matando,
palabras sin alma que en el eco se rompen
y yo cayendo en la trampa.
¿Captas? Es todo una trampa,
ni dioses, ni cruces, ni fe en la palabra.
El amor era mi religión
y acabé por detestarla.

 

INTERESANTE VIBRANTE LINDO.

 

Los fracasos provocan, a veces, esos sentimientos. Una vez, hace ya, los sentí. Pero siempre he pensado que, mientras más oscura se torne la noche, más cerca está el amanecer. Me gustó tu poema. Tiene ritmo, profundidad y pasión. Grato visitarte. Un saludo.

 

Me alegro de que te haya gustado, a veces escribir es la única manera de pasar página.

 

Mucho ritmo en tus versos que hablan de amor y de desamor al mismo tiempo. Me gustó amigo poeta. Un abrazo. Paco.

 

Me ha gustado, tambien estoy en eso de " pasar página".
Saludos cordiales.

 

Bellas letras de un trabajo precioso, admirable inspiración soberbia.