El rugido de la bestia

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Y bang! es el ruido de la caza, y plof! el el ruido de los elefantes caer, su eco me recuerda a un mar plateado, ese que vimos en calma, pero mueren en tierra sin misericordia, mi corazón será un bestia, no dejará ni las espinas, porque el eco de la mente, eres tú, moliendo mi planeta a rugidos.


Es mi sangre, no tu sangre, la que se derramó, la que empapó el suelo de aquella vida tan triste que re regia por la ley del más fuerte. Pero la piel con los años ya se ha vuelto muy dura, ahora la bestia negra se desarrolla sin control.




Hoy yo tengo muchas cicatrices, pero victorias tambien, atravese el fuego que quemaba mi alma, así vivo con la voz de los que perdieron de fondo.


El destino del guerrero, es siempre una lucha solitaria, encontraré las respuestas.


Otros intentarán huir como puedan o inventarán excusas, yo me protego, duermo abrazado a mis rodillas, ahorro energias para el gran momento de mi vida.


Así pues la Justicia que gobierna mi mundo es no rendirse porque no habrá perdón si me rindo en el último momento, las indecisiones son fallos de pocos centimetros.


El rugido de tu voz, esta siempre en mi cabeza, y eso me empuja a seguir adelante, no quiero acabar como aquellos elefantes, muertos y fusilados por un falso perdón.



Los huesos son hierro, el calor es pasión en sudor, el destino es comprender mi luchar solitaria para vivir como un hombre que golpea sus fantasmas, no quiero volver al principio, ya tengo hecho mucho camino, entre la oscuridad y la luz, tu rugido, el rugido de la bestia es lo que me hace fuerte.

Nunca hay justicia. Hay que buscarse la propia.