El sol nos sana viviente. Décimas.

Bajo este sol matutino

que se libera excelente

se muestran pródigamente

los recodos del camino.

Con su brillo diamantino,

magistral y misterioso

conmemora poderoso

el albor de un nuevo día

en fulgente sinfonía

de colores luminosos.


Baña en su luz la certeza

de darnos otra jornada

con la fuerza regalada

por su prístina grandeza.

Poco a poco con destreza

fortalece nuestros huesos

y calóricos sus besos

nos infunde su fortuna

calentando una por una

las odas de mis excesos.


Bajo este sol de futuro

donde el pasado se asienta

se endurece la osamenta

y se ultima al dios oscuro.

Tan divino es su conjuro

por llegarnos desde el cielo

que nos prende en pleno vuelo,

en un abrazo instintivo,

celestial y sensitivo

como sólo da el consuelo.


Baña solar, mata el frío,

orfebre del calendario,

natural y necesario,

hacedor de tanto estío…

Se sumerge donde el río

nos saluda mansamente

y al correr de su corriente

canta el agua en sus destellos…

y sus sones son tan bellos

como trinos en la fuente.


El sol nos sana viviente.