El suspiro escondido

En la quietud de la noche, en secreto velado,
un sentimiento oculto, por la pasión seducido,
una historia prohibida de anhelos sin sentido,
una mujer casada, en su pecho atrapado.

En sus ojos se asoma la sombra del pecado,
mientras el viento susurra versos en lo escondido,
la atracción inesperada, un destino retorcido,
su corazón se debate, confundido y angustiado.

Es madre de familia, con deberes y amor,
pero el deseo implacable despierta su interior,
y en la complicidad de un suspiro fugaz,
sus pensamientos se pierden en sueños de juventud,
pues el novio de su hija despierta su quietud,
un amor imposible que a su alma desvela paz.

¡Oh madre, tan vulnerable, soñadora y cautiva!
¿Qué hacer con los susurros que agitan tu deriva?
Enmascaras tus anhelos con frágiles sonrisas,
pero en tus ojos brillan ocultas fantasías.

El corazón en llamas, un volcán en erupción,
pues su juventud hechiza, es pura tentación.
Pero el deber y la razón susurran al oído,
que esta pasión prohibida solo traerá desafío.

El tiempo es efímero, el amor una quimera,
la razón y el deber se alzan como barrera,
y en el eco del silencio, en la oscuridad callada,
la mujer casada lleva su pasión aprisionada.

Madre de 40 años, con experiencia y sabiduría,
lucha contra los deseos que nublan su alegría.
Tu papel es sagrado, tu familia es tu brújula,
y aunque el amor susurre, la lealtad te vincula.

En el susurro de la noche, en el eco de un lamento,
acostada con su esposo, busca en su ser el contento,
pero el deber y el amor, en conflicto y tormento,
la instan a alejarse del amor inconexo.

Y al sentirse culpable ella mismo se enjuicia,
pues sabe que esto está mal, es el novio de su hija.
Tú ya tienes marido, y con él deben ser felices,
se repite en su mente y para sí ella se dice:

"Guardad en el alma vuestra fortaleza y temple,
valorad vuestra familia, vuestro hogar más sencillo,
y aunque la tentación susurre a vuestro oído,
sé dueña de vuestro destino, sé madre con sentido".

En la quietud de la noche, en el suspiro escondido,
se marchita el amor prohibido, tan incendio vivido.
La mujer casada, con su corazón adolorido,
vuelve a la realidad, su amor ha sido vencido.​