El tejado

Atornillé las rodillas
en mis dos manos pensando
sobre aquel viejo tejado
rojizo techado arriba.

Concha nácar ilumina
conmigo, siempre a mi lado
en vagancia voy soñando
tejado mío que me alivia

Tristeza se desanima
con la soledad rondando
en este cuento vejado
perdido siempre me silba.

Puedo mirar hacia arriba
en el nácar meditando
pues termina tropezando
soledad entrometida

Con la vida colorida
canto en un poco con llanto
llanto que no es tanto llanto
son mis gotas bendecidas.

La escalera esta servida
voy a bajar del tejado
en este cuento vejado
que el techo rojizo abriga

Hoy bajaré enternecida
de mi rojizo tejado
levantando mis dos manos
y doblando las rodillas....​

 

No sé si estoy en lo correcto, pero siento que te liberaste de algo muy pesado mientras escribías este poema. Por lo menos yo creo que el personaje fue encontrando mucha luz en cada letra que pasaba. Un gusto pasar por acá y leerte.

 

Exactamente, gracias por comentar con exactitud. Saludos

 

tierno y dulce escrito, bordado de amor, inocencia y tu gran carisma como poetisa.. un beso amiga de tierna sonrisa.

 

Muy bonito, armonioso y creativo, me gustó mucho, saludos.

 

Gracias, saludos y cariños.

 

Admirable la inspiración maravillosa de la poesía divina.