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Elegía a una flor recién nacida

Tema en 'Poemas Melancólicos (Tristes)' comenzado por Bea_García-Leyva, 8 de Octubre de 2024. Respuestas: 2 | Visitas: 174

  1. Bea_García-Leyva

    Bea_García-Leyva Poeta recién llegado

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    ÍNDICE
    1. Elegía a una flor recién nacida
    2. Nota de la autora

    1. Elegía a una flor recién nacida

    En un vergel castellano
    bebe la quietud clareada
    de los ríos del remanso;
    inmensos cielos caben
    en la arena dormitando.
    Tiernos bostezos cuelgan
    de los indolentes sauces
    con cortezas bien lamidas
    por un tiempo flemático.
    Disfrutan de su molicie
    sin saber lo que está llegando.

    La tierra tiembla. Un suspiro.
    Una pequeña piedra brinca.
    Un pequeño trébol respinga.
    El segundo atiende y oye
    las consignas de un intruso.
    De la Paz aparecen mil ojos
    a mil formas manifiestos;
    unos chicos, otros grandes;
    unos bravos, otros buenos.
    Oscuridad a ratos teñida
    por sutiles parpadeos.
    ¡Quién osa…! ¿Qué siento?

    ¡Entonces se abrió el suelo!
    Y de los temibles resquicios
    no salió, ni más ni menos,
    que un proyecto de brizna,
    un cotiledón primero; pero,
    ¿qué es eso que veo?
    del corte glauco amanece,
    del débil y tenue reguero,
    un blanco fuerte y robusto.
    Se atrevió a tocar el aire
    con desdén altanero
    del señorito que sabe
    que del mundo es dueño.

    Se unió la sorpresa al show
    cuando gritó el terroso liberto;
    “¡Nombre yo no tengo!”
    Apresurose entonces el vergel
    a tropel, de cientos en cientos
    a acercarse a la flor bendita
    a proponer sus cuentos.
    El pez dijo pez,
    el cuervo dijo cuervo,
    la rana dijo rana,
    el ciervo dijo ciervo.
    Ninguno contentaba a
    tan exigente jovenzuelo.

    Di un paso adelante
    y espantado huyó el resto.
    “Gozo, pues puro gozo eres”.
    La flor quedó en silencio.
    Sujetándola entre mis manos
    lloré de nuevo: “Gozo, Gozo
    sin dudas. ¡Tanto esmero…!
    Tienes la cara de tu madre
    y las manos de un clérigo;
    que cuando se gastan tanto
    por rezar a lo perfecto,
    se desintegran tan fácil
    por un pecado escueto”.

    “Gozo, gozo,
    ya que nunca te tengo.
    Cuando creo que vienes
    tú ya te estás yendo”.
    Con tanta emoción latente
    no me percaté al momento
    de que lágrimas derramadas
    fueron sepulcro y entierro.
    Mi florecita no cantaba;
    su tallo yacía tieso,
    el blanco más blanco.
    Murió en mi regazo.
    Levanté la vista y,
    tras de mí, contemplé
    (de nuevo) el camposanto
    con todos sus nietos.
    Todos ahogados,
    ninguno riendo.

    ¿Gozo?
    A efectos prácticos
    Gozo nació muerto.


    2. Nota de la autora

    Este es un poema un poquito más largo del formato al que estoy acostumbrada, pero me salió así. Últimamente he estado algo más decaída, aunque eso me da un mayor impulso para escribir, especialmente por las noches (aquí son las dos y cuarto de la madrugada ahora mismo).
     
    #1
    Última modificación: 8 de Octubre de 2024
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  2. Alde

    Alde Miembro del Jurado/Amante apasionado Miembro del Equipo Miembro del JURADO DE LA MUSA

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    Hombre
    Una poesía que contrasta mensajes, desde la sombra, sin reparo.

    Saludos
     
    #2
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  3. Bea_García-Leyva

    Bea_García-Leyva Poeta recién llegado

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    Gracias por leer y por el comentario, se aprecia mucho.

    Un saludo :).
     
    #3
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