Elegía efímera

Elegía efímera

El aire huele a pétalos y altura,
mientras la nieve se disfraza en el verano.

Cada flor es un suspiro que perdura,
solo lo justo para manchar mi mano.

El monte calla, el cielo se recuesta;
saben bien: lo efímero es esencia.

Qué dulce es la ilusión que nos apesta,
qué breve el paraíso en su belleza.

Todo es promesa.

Pero el viento ya escribe su elegía:
cada flor que brilla es una herida,
inconsciente, banal…
que no entiende aún, que se marchita.

 

Si, todo es transitorio en esta vida, y mientras transcurre al contemplarla comprendemos nuestra efimeridad... Un placer visitar tus espléndidas letras Poetisa Isidora. Besos en tus manos desde mi hermoso México...

Anthua62

 

hay confusión no se sabe quien es eso si el poeta o el paisaje.

un saludo.

 

Gracias, Anthua.
Qué hermoso lo que dices: sí, al contemplar lo efímero uno comprende la raíz de su propia fugacidad.
Me alegra que el poema te haya hecho detenerte un instante en esa frontera donde la belleza se disuelve.
Un saludo afectuoso hasta tu hermoso México

Gracias, Eloy. la ambigüedad es intencional: en la elegía, el yo y el paisaje se confunden porque ambos son transitorios.
Si el lector duda quién se marchita —la flor o el alma—, entonces la esencia del poema ha hecho su trabajo.
Un saludo cordial