Empieza el día.

Hoy quiero acariciarte en mis recuerdos
morena de cabellos tan sedosos,
hoy evoco la risa que reías
jugando con tus niñas, tus muñecas.

Hoy quiero recordar que patinabas
aunque el cielo rompieran los tlacoaques*
haciendo más fluida tu carrera,
ahora haces con ellos tepalcates*.

Mi Aurora, dulce niña, mi viajera,
centella de mi vida, luz celeste,
fugaz como la aurora fue tu vida.

Has dejado tu afecto aquí conmigo,
encendido tizón que me calienta,
para mí todo el tiempo empieza el día.

Tlacoaques: Ayudantes de Tlaloc, dios de la lluvia.
Tepalcates: Pedacería de cerámica.

 

Es bueno saber que cada mañana sale el sol y trae nuevas perspectivas... no podemos quedarnos siempre en las noches de sufrimiento y dolor. Aunque la bruma de los días nos ciegue el camino, siempre hay una luz al final que nos conmina a seguir, tal vez porque otros esperan por nosotros.
Sensibles letras, mi querida Luciana, que aunque tristes, dejan rastros indelebles de augusta humanidad y solo cabe guardar reverente silencio ante las circunstancias... lo verdaderamente importante es que esa criatura que se fue, la vamos a recordar siempre con cariño y alegría, que aunque dolorosa, nos trae la suficiente fortaleza para mantenernos de pie.
Saludos y claveles blancos

 

Maramín, gracias por pasar y dejar tu amable comentario- Un abrazo.

 

Antonio, muchas gracias por tus sensibles palabras y por los claveles blancos, te lo aprecio mucho. Un abrazo.