En el abismo de la cuenta corriente.

Reflexionando me hallaba,
mis ojos, manantial de lágrimas.
Impotencia desmedida
ahoga mi mundo y tiemblo.
Qué pena que en este siglo
no hallamos cambiado nada.
Alta tecnología, sí, qué alegría
pero emoción anulada.
Niños mueren cada día
y con ellos la conciencia
que en nosotros habita.
Pensamos en coches, en ropas
y en chuletones de vaca.
Siento verguenza,
de esa pequeña parte de mí,
que se deja llevar sin ser consciente
hasta el abismo, de las cuentas corrientes.

Yo ayudo, sí, pero toda ayuda es poca.
Me sigo emocionando, sí, pero toda emoción es poca.
Sigo amando, pero todo amor es poco.
Y también sigo soñando, y mi sueño, es demasiado.

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y aveces nos volvemos egoistas ,otras no entregamos por completo ,lo importante y lo correcto es no dejar de mirar y ayudar a los que por cosas del destino o de Dios estan peor que nosotros y olvidados ,siempre habrá alguien que necesite de ti y siempre habrá alguien que necesites ,bien dice el dicho "has el bien sin mirar a quien" .un placer leer tus reflexiones.

 

La injusticia es la mayor vergüenza del ser humano. Y el dolor de unos, cuando hay exceso en otros es una gran injusticia, admiración por tus palabras y sentimientos.