En Él camino.

Me presta la ocasión y la manera
de darle todo aquello que me aviva;
sanándome el mirar con su saliva
la deja bien a salvo de ceguera.

Me nutre de esperanza la cartera
-colmado en su verdor me vengo arriba-;
querido no me pierdo a la deriva
y amado ni el demonio me afrontera.

Asido a su calor no existe el miedo
y el viento del Averno no se siente
y el tiempo me arrumaca quedo, quedo...

Asido a su existencia libremente
me libro -pues yo sólo nunca puedo-
de todas las cadenas de mi mente.

 

Espectacular.....Se puede sentir en la piel el poema entero.
Colmado de poder.
Me ha enamorado...Gracias por crear, no te pares.

 

el camino de piedras
siempre nos dará lecciones
para no tropezarnos nuevamente en ellas,
abrazos
Denn

 

Da. un placer que encuentres "espectacular" este mi soneto. Me encanta que te haya enamorado.
Si Dios quiere no pararé jamás. Son cosas entre Él y yo.
Un saludo afectuoso y agradecido.
Sigue leyendo y verás...

 

Dennisse, gracias por comentarme. En ÉL camino, Él es la senda, la salida y la meta. Sólo en Él hay sendero. Lo demás son piedras donde siempre -siempre- vamos a tropezar. No importa cuantas veces las veamos... volvemos a caer una y otra vez. Es cosa de humanos.
Su Sendero está limpio, recto, ilusionante y atrayente. Van surgiendo piedras -claro que sí- pero totalmente gestionables y pequeñitas como guijarros de río, redonditas y sin aristas cortantes, casi, casi anécdotas sin importancia.