En la telaraña de la inexistencia

Atrapado aquí,
En redes que nacieron para la inexistencia,
Que de omnicencias se forman y,
De vacios se cruzan,
Colgando a lo que nunca servirá y a lo que nunca sirvió.

Aquí,
Donde el todo es nada,
El nada es nunca,
Y el nunca es siempre.

Alimentandose de la profundidad,
Llenándose de deseos,
Escuchados por oidos sordos incorporeos,
De eterno silencio.

Emociones censuran,
El dolor es la chispa divina,
Un abraso es mas leve que una brisa,
El bostezo es el único signo de vida,
Un sueño pudo ser mas realista,
Y el recuerdo,
Una imagen sin ilusionista.

Recuerdo a mis amigos dudar:
¿Adonde vas a partir cuando te vayas a morir?,
Sin mostrar mi filosofía,
Yo no respondía pero,
En la conciencia respondía:
Amigos mios, mi esencia estará en sus almas y mi corazon unidos con los suyos,
Yo viviré en sus recuerdos aun si olvidado caeré.

Pero confiado estuve,
Ni jamas pense que estaría atrapado en la desdicha del eden,
Por dejar mis migas a la existencia y a mi ausencia

 

Una poesía con sentido filosófico.
Creo que el dolor es lo que es el fuego para el oro, lo purifica.
Tal vez cuando no estemos, estaran todos nuestros apegos rondando aún, entonces volveremos a este espacio de inexistencia.
Acrecentar el porcentaje de la esencia para retornar y ser parte del todo.
Tal vez no interpreté bien tu mensaje, pero me ha llevado a la reflexión y lo agradezco.
Estrellas a tu pluma.
Abrazos.
Ana.