En nuestros días del árbol - (1969)

Pasa el tiempo y los días se hacen recuerdos,
como aquellos buenos días de aquel año,
bajo el árbol espía, [1]
o al doblar de las oscuras soledades obscenas,
en las calles nocturnas visitadas a hurtadillas,
solos siempre,
como cuando íbamos juntos a tu escuela
y yo no iba a la mía.

Así comenzamos nuestro camino,
ajenos al dolor de la gente,
jugando a los enamorados,
tú casi de niña,
pues aun no tenías 15,
como en aquellos días del árbol,
a orillas del arroyuelo,
nosotros tirados en la hierba,
uno junto al otro,
uno contra el otro,
lejos del mundo,
casi como amantes,
sin saber que alguien nos miraba con obsceno,
como si no fuera obsceno el mundo,
como si no hubiesen amado nunca,
rompiendo el amparo de las palomas
que nunca más regresaron a ese nido.

Frank Calle (8/mayo/1969) - ¡50 años!


[1] Algunos años después de este pasaje, el árbol fue arrancado y en su lugar creció un edificio multifamiliar de 5 plantas. En cuanto al arroyo, cincuenta años después existe todavía.

 

Sensibles y profundas evocaciones, mi estimado Frank... bellos recuerdos de un tiempo compartido;
y como yo y tú sabemos... de hecho, jamás volverá. 50 años de vivir aún queriendo...
Bello sentir hecho poesía.

 

Gracias Gitano, nunca pensé en serio sacar a la luz estos poemas, pero un amigo que me conoce bien y conoce mi obra desde entonces, me dijo un día que nada de lo escrito me pertenecía, (para entonces yo había eliminado ya una parte de ella) en el sentido de que sobre sus posibles valores no me correspondía a mi opinar en favor o en contra, sino al Hombre, a los que algún día estudien mi obra y decidan sobre ella.

Por supuesto, acepté su comentario, pero de todas formas solo he ido publicando lo que a mí personalmente no me desagrada del todo, y entre esos cae este poema, que es exactamente autobiográfico.

Un fuerte abrazo,

Frank
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