En resumen, eres tú...

Ya me tienes con solo tu mirada,
la misma que enamora y en si carga paz.
Tu ser, como amante de Cupido,
recupera las almas destrozadas.
Como el baile de una musa, te has convertido en la inspiración de mis poesías.
El quererte se ha vuelto mi verbo preferido.
Y si mi verdad no te afecta,
déjame decirte que eres perfecta.

Y es que todo se resumía en ti.
El momento era perfectamente espontaneo, como flecha que impactó al instante.
Tu aroma, que hacía juego con la suavidad de tu piel, despertó un deseo intenso de conocer más de ti.
Observar cómo tus labios danzaban al son de tu melódica voz, me causo antojo de probarlos.
El movimiento de tu cuerpo era como arte para el que sabia apreciarlo.
Y no hablar de tu sonrisa, más cautivadora que luz de estrella.
El límite siendo tu cintura, que sirve de guía al acercarme y abrazarte.
Agregar a todo esto, las emociones que emanan de tu corazón,
la habilidad que tienes de ver el mundo con ojos distintos,
y el poder que tus ‘te quiero’ ejerce en mí.

Eras tú, lo supe en corto tiempo.
Todo se resumiría… en ti.

 

Gracias, Maramin.