1. Invitado, ven y descarga gratuitamente el cuarto número de nuestra revista literaria digital "Eco y Latido"

    !!!Te va a encantar, no te la pierdas!!!

    Cerrar notificación

En su guitarra.

Tema en 'Poemas Melancólicos (Tristes)' comenzado por SOLCIEGO, 17 de Abril de 2023. Respuestas: 0 | Visitas: 266

  1. SOLCIEGO

    SOLCIEGO Poeta asiduo al portal

    Se incorporó:
    1 de Noviembre de 2022
    Mensajes:
    453
    Me gusta recibidos:
    518
    Género:
    Hombre
    Y continuó en su guitarra,
    acompasado de un silbo sacro,
    venciendo el tedio asido a su soledad,
    no oía más que su tristeza,
    prendida en el sonar de su silbo.

    De pronto
    su canción callaba
    en un efímero silencio
    perdiendo de momento
    en sus dedos la tonada


    Lejos,
    del eco se escuchaba su guitarra
    dejando viajar al viento
    la armonía de sus cuerdas,
    al liso viento que la halaga,
    » oh canto que no vuelvas»
    vete solitario… vete…
    y desgájate al viento,
    vete, para que me dejes sentir lo que siento,
    para que en la nostalgia de mi canto
    se ahoguen todas las penas que llevo.


    Absorto, vio a lo lejos
    en la bruma de la tarde,
    danzar tal vez su tonada,
    entre remolinos de polvo y de viento
    sobre el lomo del camino pálido y seco
    cansado, lejano, marchito y sediento,
    como la tonada que en sus labios va tejiendo

    Y continuó en su guitarra,
    entrelazando notas
    con su silbo sacro,
    atreviéndose entonces
    con palabras casi apagadas

    desde su propia alma,
    extraer aquellos versos dolidos,

    oh mujer
    … que cerca te tengo, mas no te veo.
    oh mujer
    … que me das tus besos, más no tu cuerpo.

    oh mujer
    … que me das tu cariño, mas no lo siento.

    oh mujer
    …que ayer te amé, mas hoy te anhelo.

    oh mujer
    …hermosa como la flor que abre en la mañana,
    desvistiéndose al sol enamorada.

    oh mujer
    … que miro tus ojos y tus lágrimas comprendo.

    oh mujer
    … que te has ido, llevándote la risa de mi alma.

    oh mujer
    … ven a calmar, lo que mi canción no calma.

    Y continuó en su guitarra,
    acompasado de un silbo sacro
    en la tarde que pasa
    cuando la soledad queda.


     
    #1

Comparte esta página