Entre la grotesca vanidad y tu sublime gloria

Con el correr del tiempo olvide quien era, desterré mi insatisfacción, y abrase la trivialidad, aun ni siquiera recuerdo porque, tal vez porque fui creciendo, tal vez porque a nadie más le importaba, deje que el vanidoso y grotesco afán de mi propia naturaleza vertiera mi alma en este tan vacio molde, maldito el momento en que las luces hipnotizantes de la vanidad me extraviaron de ti.
Eventualmente mi cordura regresa y te busco,
pero mi mente se extravía de nuevo seducida por placeres transitorios, por melodías y voces huecas.
¿hasta cuando seguirás dejando a mi espíritu caminar a ciegas?
¿Hasta cuando seguiré aturdido con el ruido de mi humanidad?
Vamos, hazme frágil de nuevo, como en los días en que un pequeño susurro derrumbaba mis muros y tu asediabas mi ser; hiéreme, estoy cansado de ser tan fuerte; extiende tu bandera, arrópame con ella; derramare toda mi alma en tu regazo, tus dedos secaran mi dolor y volveré a sentirme tan seguro como cuando fui solo un embrión en tu vientre.
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