Es contrafáctico el amor.

Lamento no ser el hombre que esperabas
todo el amor que debería haberte dado
las tardes que te debería haber esperado
las noches aquellas en que te desvelabas.
Yo estaba navegando sombríos abismos
en dirección al lugar donde me perdí
terquedad gritaban los blasfemos
y al oírlos el camino presentí.

Es contrafáctico el amor
sobre la mesada de la cocina
tus piernas abrazándome
las caderas anchas y la piel tersa.
Nadie puede negar que un ángel
se debe parecer a una mujer
sus labios son la piedad
que te ofrece haber nacido.

Es contrafáctico esperar amanecer
y que desnuda me despiertes con un café
que vivas a mis pies como yo he vivido
suplicando unos minutos de tu piel.
No hay mi bien, amor más sagaz
deseo más febril
perversiones tan inminentes
cómo las que cargo hasta aquí.

Sin embargo es contrafáctico tenerte ésta noche
y qué cautiva de mis deseos
la porfiria de poseerte me permita
el placer de amalgamar
tu piel con la mía.