Es tarde...

No estuve en tu vientre...

No soy, ni fui tu hijo…​

Pero estuve a tu lado
​

No soy de tu sangre…

No tengo tus ojos, tu nariz, ni tus labios…

Pero te quise de hambre

No tengo tu apellido, tampoco me distes nombre…

Solo amor de verdad, sincero y confiable…
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Inmensamente
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En aquellas noches de frío…

De cobijas me arropaste…

En aquellos días de hambre…

De amor me alimentaste…

Momentos alegres compartimos,

Momentos tristes, de mi corazón apartaste…

Feliz yo me sentía, cuando hijo me nombraste…

Un espacio en la familia tú me lo guardaste…

Orgulloso me sentía de quererte como madre…

Eres mi rosa que nunca se marchita…

Eres mi ángel guardián que mi alrededor habita…

Sorprendente ese día

Lo ignoto de tu adiós…

En segundo se grietaba,

Lánguidamente el corazón…

Mis lágrimas caían, de dolor me embriagaba…

Al verte acostada, sobre madera encerrada…

Mis ojos se empapaban...

Mi corazón se desgarraba…

Temblaba de dolor, tristeza…

De perderte y que nunca regresas…

Mis parpados sin fuerza se quedaron…

Mis lágrimas de tanto se secaron…

Eras mi rosa que nunca marchitaba…

Eras mi ángel que ami alrededor habitaba…

Mi rosa lentamente marchitó…

Mi ángel su ausencia me dejó…

Es tarde…

De abrazarte y decirte ¡te amo madre!

No eres De mi sangre, pero siempre me criaste…

Es tarde…

De abrazarte y decirte ¡no te vallas!

De agonía me colmaba…

Y de mi te alejaste…
​

Es tarde
​

Nunca de mi corazón he de arrancarte…

En mi mente estas…

Y para siempre quedaste…


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Bello, hermoso, conmovedor, preciosa poesía, muy bonita.

 

Gracias!

 

Sublime, muy hermosas tus palabras.