Escuchándome.

Te extraño cada día que pasa,
cada noche que no estás aquí,
en mi pecho un vacío que traspasa,
y mi alma sin ti no sabe vivir.

Extraño tus besos, tus caricias,
tu mirada llena de pasión,
y aunque sé que mi amor te envicia,
no tengo más que adoración.

Siento el peso de la distancia,
que nos aleja sin piedad,
pero mi amor no tiene vacancia,
siempre tarda con intensidad.

Extraño tu risa, tu sonrisa,
tus abrazos que me hacían feliz,
y aunque a veces parezca inverosímil,
mi corazón sólo late por ti.

Te extraño mi amor, cada segundo,
anhelo volver a tenerte cerca,
y en tus brazos sentirme protegido,
porque mi amor por ti
nunca morirá.​

Aunque la distancia a veces duela,
y extrañarte sea mi realidad,
mi amor por ti jamás se desvela,
y en mi corazón siempre habrá lugar.

Pero ahora el vacío me consume sin descanso,
y la cerrazón me hace sentir lejos,
no encuentro salida, no encuentro un avance,
sólo un laberinto lleno de espejos.

Busco una luz que ilumine mi camino,
que me muestre el camino hacia la verdad,
que me brinde el amor como un destino,
y me permita sentir la felicidad.

Así, poco a poco, iré avanzando,
con la cabeza en alto y la mirada al sol,
y encontraré el amor que tanto estaba buscando,
y volveré a sentir la felicidad en mi corazón.
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