Espero que comprendas

Si te dijera que me voy te morirías,
pero quedarme es una lenta muerte mía.
Una agonía
de esperar que me comprendas
¡La libertad! que no es una osadía.
Se me ha negado desde que era apenas niña.
Tú lo sabes, si de mí todo lo intuyes,
me lees cual si fuera una revista.
No es con otro que feliz me alejaría
no es para engañarte, que no lo he hecho,
jamás en esta vida.
Es para hacer uso por fin de mis derechos.
Para gozar sin dar explicaciones.
Para gastar sin sentir que te lo debo.
Para aullar si se me ocurre en los balcones.
Para cantar sin apuro y sin medida.
Para dormir, aunque sea el Año Nuevo.
Y enamorada como estoy de la alegría,
ser feliz lejos de ti siendo yo misma.

 

Hola Ropittella, sinceramente me gustó tu poema, quizás porque me vi retratada en él, amo la libertad más que ninguna otra cosa en el mundo y eso me ha hecho inatrapable. Te dejo mi abrazo y mis estrellas.

 

Gracias Margarita por tu lectura. A muchas de mi generación nos pasa, por sociabilización de género, nos inculcaron que la libertad es peligrosa, que la soledad también puede serlo Y desde los cuentos que nos contaron, de mujeres sin nombre propio, Cenicienta, Bella Durmiente, nos dibujaron y destinaron al príncipe azul salvador, que nos dieron por esposo. Con el tiempo se convierte en frio sapo carcelero, y las perdices no se, pero el "fueron felices para siempre", sabe a muy poco.
Me hiciste seguir hablando, a mi que me cuesta poco, a mi misma me mareo. Gracias por la paciencia hermana chilena.
Abrabesos argentinos.