Espero que tu esmero

Espero que tu esmero



Espero que tu esmero
Por febril y augusto que sea
No haya llegado tan alto
Tan alto
Para no ver la esfera celeste
Que se pasea radiosa
Que se pasea numinosa, que se semeja
a un triste sol, espero que tu osadía no haya.
Espero…

Seguramente menos tarde que temprano tu frente abombada caiga desde la triste morada
Seguramente ese cielo no haya sido Dios. Pero cuando caiga, tus manos empotradas bajo el fango, tu cara circunspecta de ojos humedecidos, miraran lo que alguna vez fue y no creó, y no va a ser una costilla, ni una diosa amalgamada por un rubor esplendente, va a ser en todo caso sólo lodo, el lugar en donde si algo existe es justamente Dios .

- .¡No existe Dios!, refunfuño mientras termino el tercer bolskaya

- .¿Entonces para que hablas de algo que no existe?, replicaría mi súper súperyo

- .Por que es la pena que me infiere, que me aflige el despertar, el albur, por que lo que mas querría en mi vida sería eso, y aunque me esconda tan alto no lo podré olvidar

Seguramente te encamines con rostro adusto, y empalmes la calle macilenta, y te postres contra un farol. Seguramente tus amigos sean luciérnagas o simples moscas que se pegan a tu hedor. Seguramente termines en algún aquelarre y bailes en caótica hermandad el magro vals de la depredación. ¡E invoques a algún caprípedo borracho y te enamores alguna vez! Y enciendas y apagues la hoguera, solo un par de veces, sólo para probar; y escuches a los tambores de Santerre, y escuches al pandero, los sistros y escuches el atabal, y escuches el sonido mullidos de los búhos noctámbulos ¡y escuches tantas cosas!, para luego implorar por ser alguien normal; y caminar, y trabajar, y regresar a tu hogar vislumbrando a lo lejos una hogaza humeando por una de las ventanas; el vaporoso embelesamiento de poder descansar.

¡Claro!
estas cansado
un sepulcro junto a otra lápida
el vaporoso embelesamiento de poder descansar.​

Seguramente termines o empieces o te entretengas algún tiempo, de algún modo, en ese misericordioso aquelarre, siempre se acaban los temas, siempre te aburres de no tener a alguien con quien hablar ¡siempre la misma mierda! , con tu cara de godo ataviado en arneses argénteos o con dagas emponzoñadas en forma de cicatriz, o mejor aún, cara de lagarto con la sangre bífida, tan fría, con las pupilas henchidas como soles gélidos y estupefactos.

Seguramente algún día tu casa sea ese aquelarre, seguramente algún día despiertes y te encuentres sobre la pira; y la paja amontonada bajo tus pies, y los doctos, y los literatos, y los astros alineados, y los astrolabios y el lucífero lo hayas puesto vos. ¿De donde nacen entonces las cantatas penumbrosas cual barcarolas que pilotan los ríos intrínsicos del atardecer, de cada puto atardecer? Otrora era diferente, siempre es diferente, aunque todos se asemejen al prístino atardecer ¡Oh crepúsculo amoroso! Crepúsculo dodecafónico que nunca vuelves con misma diapasón ¡Oh crepúsculo amoroso! Crepúsculo de porcelanas que se rompen tras el impla de un corazón.

Tal vez me encuentre con el Ekeko, tal vez lo saque a bailar; por montes y praderas sulfurosas, con fecundas y copiosas banastas llenas de frutas tamizadas y hortalizas rimbombantes, quizás incluso le encienda un cigarrillo y pida por la plétora en el madrigal, pero quizás sólo me quede zapateando… ¡ es tan feo que todos siempre te pidan algo, que no deseen tu compañía más si nada les has de brindar! Es tan feo, tantas mágicas caderas, tanta mágica soltura mancillada en un estúpido corral. Que feo es ser Ekeko, que feo es convivir en una estúpida sociedad…