Glosa a "Quizás la más querida".

"Me diste la intemperie,
la leve sombra de tu mano
pasando por mi cara.
Me diste el frío, la distancia,
el amargo café de medianoche
entre mesas vacías.

Siempre empezó a llover
en la mitad de la película,
la flor que te llevé tenía
una araña esperando entre los pétalos.

Creo que lo sabías
y que favoreciste la desgracia.
Siempre olvidé el paraguas
antes de ir a buscarte,
el restaurante estaba lleno
y voceaban la guerra en las esquinas.

Fui una letra de tango
para tu indiferente melodía."
(Quizás la más querida; Julio Cortázar).-



Vos y yo en esta serie,
Entes de amor desecho.
Te di aire de mi pecho,
Me diste la intemperie.

Me diste dedicación para que en mí yo te buscara
¡Pura alegría, juegos desentendidos del futuro!
Bailamos lentamente, abrazados, solos en lo oscuro...
La leve sombra de tu mano pasando por mi cara.

Mi poco ser, mi quiromancia,
Te los di envueltos en caprichos.
En tus suspiros jamás dichos
Me diste el frío, la distancia.

Aún más: tus piernas abiertas aferradas a las mías.
Tu hambre franco y apresurado cuando frente a mí, genuflexo.
Esa constante ternura que hemos bebido en nuestro sexo,
El amargo mate de medianoche entre mesas vacías.

Alguna vez te tuve tenso, preso en la retícula,
Caídos tus velos en goce de animal sincero...
Pero siempre volviste a tu máscara de aguacero,
Siempre empezó a llover en la mitad de la película.

Estos son los residuos de mi deseo, contra tu carne apriétalos.
En lugar de entregarte quien soy, preferí hundirme solo en un pozo.
Sabrás que he sido más malo que bueno; si honesto, si mentiroso:
La flor que te llevé tenía una araña esperando entre los pétalos.

Nada puedo contra tu lógica circular, tu fiel falacia:
Para acercarme a vos como querés tengo que salir del juego...
En cambio, quiero ir más allá de vos, para llegar a tu fuego.
Creo que lo sabías y que favoreciste la desgracia.

Para vos un momento más, para mí obra de arte,
Lo que a mí me aburre y hastía a vos te hace vibrar.
No tomo represalias porque seas mal par...
Siempre olvidé el paraguas antes de ir a buscarte.

Trata de entender: siento que hay dos solos en el estar que me propinas.
Trataré de entenderte yo, ¿temés perderte en un nosotros inmenso?
¿Recordás aún la noche cuando nuestro deseo se unió en ascenso?
El restaurante estaba lleno y voceaban la guerra en las esquinas.

Mañana te besaré, reiremos alegres a sangre fría;
Otro día desapareceremos sin dejar ni señal.
Yo seguiré cínico y obseso; vos, distraído, tan cordial...
Fui una letra de tango para tu indiferente melodía.