Gota a gota el amor se acaba

Gotas de amor me das cada día,
cada madrugada,
como quien alimenta a un ave caída del nido,
perdida, olvidada.

Pequeño gorrión desesperado,
que necesita vida,
que necesita amor,
y solo recibe gotas, gotas,
gotas de amor…
¿Acaso me revives, o me matas?

Reacciona, por favor…

Ya no soy la pequeña ave que cayó del nido.
Soy el amor,
que crece cada día,
que necesita volar a los espacios,
que se alimenta de cada fuente de tu cuerpo.

No encierres al amor que de ti emana,
en una triste jaula desolada.
Ábrele las puertas.
Ábrele las piernas,
Ábrele tu alma.

Y rompe el gotero,
que no se alimenta al amor,
como a un ave caía del nido,
perdida, olvidada…

Frank Calle (7/feb/2019)

 

Buenos versos amigo Frank. Un placer seguir tu obra.
Un fuerte abrazo.

 

El amor siempre deberá ser una totalidad, debe darse a manos llenas, no en dosis.
Es exactamente como lo expresan tus bellos versos.
Fue un gusto conocer tu obra, saludos cordiales

 

Gracias Cecy, muy interesante reflexión.
Aunque parezca absurdo, hay personas que opinan lo contrario, y argumentan que el amor intenso produce cansancio.

El cansancio lo produce el amor repetido, aburrido, no la frecuencia.

Es un placer conocerte,

Frank
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