Guerra laboral

Mi corazón pide agresividad
para el jefe, enorme difamador
que me espetó sin dosificador
con alevosía e inmunidad.

Tras la calma llegó la tempestad
ruido en mi cabeza ensordecedor
vientos y tormentas en mi interior
buenas maneras en caducidad.

Desigual lucha que he de combatir
sin capucha con la mente bien fría
muera el orgullo, vuelvo a resurgir.

Grande mi ejército, tu compañía,
para este lamento mío zurcir
amiga, amada, la mujer querida.

 

Siempre habrá alguien a nuestro lado que nos consuele ante la tortura de vivir pendiente de nuestro trabajo y más cuando nos presionan, es la desvergüenza de la vida, cuando el poder llama a las malas formas y el resto del mundo se esclaviza ante la desfachatez de alguien que podía estar a nuestro nivel pero que el materialismo desmedido mueve sólo las malas formas y hacen gala de la ordinaríes porque desgraciadamente el poder material los consumen y añaden a su vida lo peor, el ego, pero le llegará tarde o temprano la recompensa, de la misma forma que ha tratado al mundo, al final le caerá la mierda, me encantó, bello poema, un abrazo muy fuerte Miguel, besitos

 

Me ha encantado lo de que grande mi ejército es tu compañía . Bienvenido .

 

gracias por vuestras palabras, momentos díficiles en el trabajo, ¿hacerle caso al corazón o seguir a destajo? por desgracia hay que pagar demasiadas cosas como para dejar un sueldo fijo.