Habló el alba

.
Habló el alba
y en silencio se me despertó.
Venenos amarillos
circulaban por las venas del amor.
Abiertos sus ojos,
se trasladaron a los míos.
Yo, sin detener el beso,
logré asesinar a su tristeza
entregándole una cenicienta desesperada.

Sus besos y sus abrazos
fueron mi ropa en aquel verano.

Luego habitaron dos seres humanos,
una mosca, una araña
en una espaciosa habitación.

También hoy, también hoy,
viviendo en el cariño,
un pequeño beso.

Aún así, aún así, habrá que confiar,
¿no revolotean
también los pétalos?

Anoche,
al acostarse me besó.
La débil planta
al fin,
tiene una vacilante flor.
…
..
.


Jesús Soriano

.

 

Una obra de arte excepcional, una maravilla total, divino.

 

Jorge, muchas gracias por tus palabras, un gran abarzo para ti, nuestro querido poeta.
Jesús