haciendo el amor mientras escuchamos tangos

desnuda, como dios (y tu madre) te trajo al mundo:
nos miràbamos como si fuera el comienzo del mundo, un instante:
asì transcurriò aquel famoso idilio de estaciòn
cuando perdidamente nos enamoramos mutuamente uno del otro
bueno, eso es lo que creìa pero
surgìan pequeñas desconfianzas:
habìa otros seres, otras criaturas que te rondaban, que te rodeaban, olfateaban, como perros falderos, como
hermosas bestias preguntando:


quièn eres?
puedo comerte?


como osos en el bosque en nebraska
y te hacès el dormido
no te movès ni mamado
esperando que el monstruo se vaya
no te reconozca
no huela tu terror
tu adrenalina
como los perros en tu niñez


pero ahora era una habitaciòn en penumbras donde relampagueabas desnuda
de tu sexo a veces caìa el semen, el espeso y viscoso esperma
luego del coito
cuando te parabas en medio del cuarto

sonreìas asombrada


pero ahora simplemente estabas desnuda
como en las màs antiguas fotos pornogràficas en blanco y negro
que degustan los coleccionistas de rarezas


lo cierto es que romànticamente nos atornillàbamos
mientras sonaba francini - pontier


tus manos agarradas con mis manos
haciendo fuerza
buscando el relàmpago
el rayo
que obvia y bàsicamente representa al dios de los dioses
zeus
jùpiter olìmpico
jove
jehovà


despuès siempre nos quedàbamos abrazados en el lecho
escuchando el silencio de la tarde


asì junto con el olor de la comida
salìa de las ventanas aquel concierto de gemidos genitales
produciendo un raro rumor bellamente obsceno en toda la ciudad
que nadie obviamente escuchaba
porque estaban todos y cada uno absortos en sus propios sueños y olvidables pesadillas

 

Una buena dupla, amor al ritmo del tango, apasionado
y voluptuoso, así es tu poema que disfruté leyendo.
Gracias por compartirlo. Besitos apretados en tus mejillas.