¡Hola Mami Bendición!

¡Oh mi niña!, en la noche más triste de mi vida
abriste tus alas y volaste al cielo
cual ángel celestial lleno de gracia y dulce ensueño,
pero, no fue para siempre, yo te veo en mis sueños
mostrándome tú sonrisa cálida y tierna, como un beso mañanero
y veo tu imagen
y dejo que mis pensamientos viajen contigo
al universo donde todo es posible
donde tú sigues repartiendo sabiduría, amor y alegría
¡Oh mi niña! y tomadas de la mano
volaremos sobre senderos imaginados en el ayer
y disfrutaremos de cada paisaje
que nos arrebato el desafuero de la vida
y nos acompañaran un coro de ángeles,
entonando sonatas de amor eterno.