Hoy.

Hoy quiero verte en mis sueños,
hoy los bordes de tus corpiños
rondarán mi mirada inmóvil,
hoy las rosas del jardín
se vestirán de tu aroma
y tus colores.
Hoy caminarás por un pasillo blanco,
dirás que me amas hasta jadeando,
hoy tus cabellos se trenzarán
haciendo ovillos en mis dedos,
hoy te bañarás en mi lago quieto,
hoy tu voz quedará engullida
en mi silencio,
hoy llegará la noche inacabable
para nuestras almas apasionadas,
hoy mi boca tendrá tu sabor
azucarado hasta siempre.
Hoy será un momento interminable,
hoy no despertaré del mundo real,
hoy será eternamente vivido.

Edwin Paul Acosta Peña.® derechos reservados.

 

Esperanzador. A ver qué pasa.
A mí me gustaría pasear por las calles de mi ciudad.
Pero no me atrevo.
Algo me dice que no pinto nada, si es por la tarde.
Como en casa, en ningún sitio.
Pertenezco al hogar. ¿ Qué significa eso ?


Que aquieto mi mente. No obstante, si tuviera un perro, sí saldría.


El perro es el mejor amigo del hombre.
Y es una buena excusa, para salir al encuentro de otros seres vivos.
En principio, el fracaso es obvio.


Hay que gozar el camino. Y eso, lo hago sólo si es por la mañana.


Entonces, dentro de lo que cabe, no puedo quejarme.
Me aíslo. Soy un escritor, y también, un solitario.
Un guionista de cine, que no quiere salir, en las escenas de la película.
Como si la película transcurriera continuamente.


En definitiva: No me fío de muchos personajes. No me fío.


Creo que tienen...
Desafíos por delante...
Anecdóticos.
Provisorios.


Lo mío es transcendental. No superficial.


Y no me animo a integrarme. O sea, a tener un grupo de amigos.
Con los cuáles, debatir y charlar, sobre los temas que tanto me importan.
Eso es una ruina. Es una vida que me ofrece muchas oportunidades, que no valoro.


Entonces, en cierto modo, soy estúpido.


Por eso, digo que siempre hay un lugar, para la esperanza.
Alguna vez, se cumplirá nuestro sueño.
Yo aspiraba a ser famoso.


Aclamado.


Luego, me hice humilde.
Y finalmente, me estudio a mí mismo.
Viendo cómo funciono. Si soy peón, o si soy caballo, o alfil, o rey...


Pero amo el hogar, y por eso, creo que estoy enrocado.