Hoy.

Hoy desperté con la tormenta a cuestas,
hoy mirarte, es néctar para mis ojos;
cada vez que estás aquí, me haces más falta.
Hoy las entrañas de los recuerdos
son arcoiris, son lluvias y tormenta...
hoy seguimos solos, o juntos en un jardín,
hoy, esta mañana, hoy puede ser el fin.
Hoy, hasta las patas de mi cama hablan,
las persianas chirrían a causa de tu energía,
las aldabas selladas por tus manos blancas
detienen tu luz, que ahora alumbra lejos;
entonces, caigo en la cuenta de cada
ola transcurrida, me vuelvo loco,
mientras tanto, nuestro laredo de amor
se tostó con tanto sol.
Hoy las parras se entrelazan en mi mirada,
por eso talvez no puedo verte llegar,
ésta madrugada soñé tu regreso;
estabas más sonriente, más bella...
los sueños míos son arrebatados
por el mar, que tiene sus calas fuertes,
que me hicieron despertar.

Edwin Paul Acosta Peña.© derechos reservados.

 

Versificas la añoranza y el resultado es un gran sentimiento melancólico que sigue esperando la presencia de lo ausente. Encantada de leer tu hermoso poema. Saludos cordiales.