Indiferencia añil Vesubio

te doy la razón
no te acerques
conmigo tienes que venir aprendida
e incandescente
no tengo nada que enseñarte
sólo cosas simples que tiemblan
y me hacen poco interesante
como la lealtad a una voz
y la caricia a una piel
o a libar el alma en una vieja tinaja
no lo dudes
para vivir la aventura solitaria
del saludo de soslayo
es mejor que te apresures
a pasar de largo​

 

Bella escritura para un certero contenido, profundo y brillante poema amigo molloy. Un abrazo. Paco.

 

he querido cambiar de registro, alejarme del surrealismo a ultranza , grato es tu paso compañero un cordial saludo

 

Yo no soy indiferente.
Dado que me distingo de todos los demás.
Y a la vez, reconozco que cada uno es único e irrepetible.
Con lo cuál, quitarles la vida supone, forzosamente, una ruina para mí, también.
Es decir que mi belicosidad disminuye. Por consiguiente, mi Ego o complejo de superioridad, también.
No tengo por qué imponer mi criterio. Ni ser protagonista...
Perfectamente puedo pasar inadvertido.


Como esos espías argentinos, que llevan a la espalda un letrero, que dice: " Soy el mejor espía del mundo. "

 

querido compañero, no sabía que un humilde poema en cierto sentido irónico podía desatar una prolija reflexión sobre la diferencia en su sentido más filosófico y profundo, de todas formas te agradezco la invitación a reflexionar sobre las paradojas que resultan del mismo un saludo cordial.