La batalla del reloj

Me puse el traje de guerra, coloqué mis zapatos y ajusté el casco a mi cabeza, tomé mi bandera, era tu nombre y alzé mi espada para ir directo al caballo hecho de papel que me esperaba, tan frágil e inútil..pero ni mi espada ni mi fuerza me sirvieron, habían cientos de segundos, todos formados en fila, después cubriéndolos por cada 3600 había un minuto, el más temible caballero. Las horas portaban hachas en las manos y abrían paso a su rey, ahí venia el muy desgraciado con un sombrero de palma y varias flechas apuntando números, había ganado 12 batallas, las colocó cada una en su pecho. Todos abrían paso al reloj. Yo combatía sola con mi espada y con el corazón, pero no, cada momento que pasaba eran segundos, horas y minutos de mi derrota, luego, como por arte de magia el reloj sacó su baraja mas importante. Encima de mi venian los años, de repente me ví y ya tenia un par de cabellos blancos en la cabeza, mis brazos estaban cansados y a mi piel la cubrían cientos de canales secos. -Ríndete!, me dijo y perdiendo las fuerzas soltando mi espada caí de rodillas. Fué así como el augurio de mi derrota se habia manifestado, pero regresaría.. regresaría a vengar mi victoria con un par de desarmadores en las manos dispuesta a quitarle las pilas.