La bondad no tiene precio

La experiencia perfecta para un día de San Valentín

Empezó a llover a raudales
en un ángulo nos proteguimos con unas ramas de arbusto
que sobresalian a lo alto
de un viento y tormenta acuciante y penetrante
Un cielo negro nos inundaba
Un edificio de tres pisos estaba enfrente
Nadie en aquella calle larga
en unos minutos un hombre camina
va con su paraguas
y lleva otros dos colgando
Pienso va a buscar a sus hijos al colegio
De repente se nos acerca
y nos ofrece los dos paraguas
Que nos estaba viendo por la ventana de su casa
Pena de no haberlos aceptado
para saber quién ha sido ese alma sensible, generosa y buena
Le dije No gracias
es demasiado
y nos digo pues acercaros a mi portal
que estais más reparados
Asi estuvimos esperando a que pase
Dandole las gracias se subió a su hogar
Con el corazón lleno nos dejó
Cada día que paso miró esas ventanas
y piensó como agradecer tal gesto
y quién de esos vecinos sería
Siempre me convierto en mejor persona cuando camino por ese edificio
y una sonrisa asoma por mi boca
Creo que las personas somos tan bondadosas como nuestras mascotas
y eso no tiene precio
Aunque se nos olvida de veras
te lo recordará alguien a tu vera


14/02/2022
©Dikia

 

Ciertamente a veces en esos inesperados escenarios igualmente la vida nos sorprende con acciones y obras como la que relatas.
Bello día.
Saludos