La bruma. Soneto.

Mi bruma se apalabra en tu neblina

en busca del soneto apetecible,

vibrante más allá de lo indecible,

humano más acá de tu doctrina.


Reviso en la estación que se avecina

el halo de tu piel imperceptible,

aliento que se vuelve comprensible

si mago doy tu luz a mi retina.


No sé tu caminar pero tu senda

a veces sin permiso se abalanza

llegándome a los pies como una ofrenda…


No sé mi despertar sin tu esperanza

marchando con mi verso a la contienda…

Trocada en lapicero va mi lanza.

 

Y yo te digo a ti querida amiga, que tu soneto es una auténtica gozada.
Un abrazo

 

Muchas gracias, Luis Adolfo, por tu comentario. Soy chico y me llamo Esteban. Jajaja.
Otro abrazo para ti.

 

Coño Esteban es que te has puesto Matku que suena a fémina, ja ja ja.-...
Bueno Esteban , el poema sigue siendo una pasada.
un abrazo

 

Gracias de nuevo, Luis. Un abrazo.